un día para mí acostado en la cama, sin quitarme la pijama, encerrado en mi casa. las veinticuatro horas cumplidas han marcado una zanja en el colchón, puedo pasar unos minutos viendo el idiotizante televisor, dios bendiga el fútbol. tres mil seiscientos minutos debajo de la cobija, pegado a la almohada, quisiera pedir una pizza, pero nadie tiene servicio a la cama. hoy me voy a quedar aquí, enfermo.