¿de qué me sirve quererte? no puedo pagar la renta, la comida ni la luz con el cariño que te tengo. no puedo contestar mis exámenes ni encontrar trabajo, ni manejar seguro ni visitar a mi familia. no es especialmente útil frente a un perro feroz que pretende atacarme ni defendiendo mi caso con el agente de tránsito. sí, supongo, se ha vuelto sumamente necesario a la hora de sentarme a escribir y generar momentos incómodos. no podría decir tampoco que me quita el hambre aunque quizás sí el sueño. no me atrevo a decir que me mantiene en pie pero me mantiene en pie de guerra. no vale su peso en oro ni en sandías ni en semillas de cacao, y ni siquiera tú la tomas como moneda de cambio ni esta cosquilla que siento al verte. no me sirve para abrir la puerta ni para tender la cama, pero me sirve para salir del cuarto y salir de la cama. imagino una situación en la que sería mi más fuerte instinto de supervivencia y me ayudaría a pagar la renta, la comida, la luz, el teléfono y los zapatos pero sin querer empecé a hablar de la bolsa de valores.