mi aventura en la Olimpiada de Matemáticas empezó un viernes como hoy pero hace ocho años y quizás una semana o dos, durante la XVII Olimpiada Mexicana de Matemáticas. hoy, en mi novena olimpiada y en un papel mucho muy distinto al de entonces, siento que mi ciclo aquí está por terminar -aunque a veces pienso que no podría terminar, por todo el trabajo que me cuesta imaginar mi vida sin la Olimpiada y que a final del año, con mi retiro muy anunciado, terminaré por anunciar mi regreso triunfal. a lo largo de esta más reciente tercera parte de mi vida, el concurso se ha vuelto mucho más que eso para mí, mi familia y mis cercanos -como usted, querido lector, cuya historia me gustaría leer también- y hoy, por si de verdad se acerca a su fin, he decidido empezar a escribir algunas memorias que quisiera fueran cronológicas pero no estoy seguro todavía cómo saldrán, cada viernes. no las escribo tanto porque sean mías y este es mi blog, sino porque estoy convencido de su increible valor historiográfico y sumo interés social.
me he estado preguntando si debo escribir nombres, pero me imagino que aunque para algunos mi historia sea bien conocida, no quisiera contar algo que no sea tan grato recuerdo como para mí; lo haré porque asumo que, si conocen la historia no será sorpresa y si no la conocen no les importará para nada. la verdad es que mucha de mi actividad olímpica ha revolucionado alrededor de un par de chicas que tienen un papel primordial. la primera de ellas, Carla Daniela, es la razón por la que entré a la Olimpiada.
mi profesor de álgebra de primer semestre de preparatoria, Juan de Santiago, no quería inscribirme a los diversos concursos en los que participaba mi escuela -la preparatoria del Tec de Monterrey- porque hice un pésimo examen final de álgebra I y no me creía capaz de resolver problemas matemáticos serios; además, quizás por que se me facilitaba un poco, no era el mejor alumno, siempre distrayendo a mis compañeros. yo le presumía de mis antecedentes: los lugares que obtuve en Olimpiada Infantil del Conocimiento en primaria y secundaria me aseguraban mi categoría de ñoño y los que conseguí en el concurso Fis-Mat que organiza la UASLP me daban algo de crédito. no lo convencí, sin embargo, y la verdad es que nunca sentí que tuviera un apoyo sincero como lo tienen los que son ahora mis alumnos en esa escuela. así que yo llegué al concurso por accidente, persiguiendo a Carla Daniela -quien era mi mejor amiga en ese entonces- y queriendo pasar más tiempo con ella acabé acompañándola al taller de la olimpiada del tec, en su horroroso pero tradicional horario de cuatro a ocho de la tarde, los viernes -no es como si tuviera algo mejor que hacer. la verdad es que hacía muy poco había terminado con mi primera novia, Ivonne, argumentando "confusión" y pidiendo "tiempo"; la confusión, tenía dos nombres y dos apellidos: alguien que sentía me entendía mejor y con quien creía tenía más cosas en común. en la primera de mis dos tardes en que asistí al curso conocí a Carlos Jacob Rubio Barrios, entonces Delegado de la OMM en San Luis. no recuerdo bien qué hice en el taller, no recuerdo si entré, si resolví algún problema, si qué; lo que recuerdo es que Jacob me pidió que regresara a presentar el examen de la Olimpada. en ese entonces, la Olimpiada en San Luis tenía menos exámenes, fui a presentar mi examen canguro a la Facultad de Ciencias de la UASLP con un grupo bastante nutrido de compañeros del tec, algunos de la generación de arriba. del examen recuerdo sólo un problema, el de los dragones de muchas cabezas, colas y piernas. en el examen no conocí a nadie, más que a los de mi misma escuela que, aparte de Carla Daniela, no recuerdo nadie que me cayera realmente bien y desde ese día odié a todos los que, incluso en su primer año, eran enormemente populares, a los que ya se conocían, todos los chistes locales que no entendía y me ponían sumamente incómodo.
EDIT: me ayudaron a recordar algo que no sabía si había pasado durante mi primer año o el segundo. en realidad sí iba con algunos amigos a hacer el primer examen, entre ellos Arturo Gómez alias mazapán, mi mejor amigo durante la prepa. no logro recordar si también Claudia Vázquez y Daniel Loredo, buenos amigos. dejaré el recuerdo como estaba porque me da risa. después de terminar el examen, fuimos a nuestro campamento de integración o sabe qué de la generación, nos llevó uno de nuestros profes porque el resto de compañeros se había ido más temprano.
EDIT: me ayudaron a recordar algo que no sabía si había pasado durante mi primer año o el segundo. en realidad sí iba con algunos amigos a hacer el primer examen, entre ellos Arturo Gómez alias mazapán, mi mejor amigo durante la prepa. no logro recordar si también Claudia Vázquez y Daniel Loredo, buenos amigos. dejaré el recuerdo como estaba porque me da risa. después de terminar el examen, fuimos a nuestro campamento de integración o sabe qué de la generación, nos llevó uno de nuestros profes porque el resto de compañeros se había ido más temprano.
según recuerdo, pero por supuesto siento que todo recuerdo está algo modificado, me fue excelente en el examen. según yo, pero podría estar equivocado, fui el mejor de mis compañeros e hice más de cien puntos de un total de ciento veinte; pero la verdad no sé. eso me dio derecho a presentar el segundo examen, que yo supongo en mayo por tradición. no me acuerdo qué día era y creo -que puedo estar equivocado- es doblemente un error de mi parte, pues de la parte del sábado a la del domingo, Carla Daniela y yo empezamos a ser novios. no me acuerdo si era diecisiete o veinticuatro, pero un día de esos. no recuerdo nada del examen, tan sólo recuerdo que ese primer contacto con los problemas de geometría decidió mucho de lo que sería mi suerte más adelante: lo mejor era ni leerlos. no sé qué escribí o cuántos puntos saqué, pero pasé, junto un grupo ahora sólo de cuatro compañeros, a la preselección estatal. entre ellos estaba, por supuesto, Carla Daniela. los entrenamientos serían en verano -para entonces estoy seguro que ya había terminado clases. de haber sabido que un año antes había tenido mis últimas vacaciones de verano hasta la fecha, seguro las hubiera disfrutado más.