vamos a repartirnos la ciudad para evitarnos imprevistos y, en lo sucesivo, tener bien claro dónde no soy bienvenido. te propongo marquemos límites precisos con líneas marcadas en el piso: así tengan que cruzar avenidas, parques públicos, residencias privadas; de aquí acá será tuyo, el resto será mío. hagámoslo oficial con documentos notariados y escrituras, creando comisiones que discutan nuevos límites y regulaciones, que propongan pasaporte, revista y toque de queda. pasemos en poco tiempo de no vernos a olvidarnos, a guardar silencio, añadiendo palabras nuevas a la lista de prohibidas. te propongo, por último, que construyamos un puente.