al igual que los ogros, si tú dejas una fotografía en el sol por varios días, se vuelven cafés y les salen pelitos. después de tanto verlas es inevitable encontrarles una raya que antes no estaba, un doblez en la esquina, un sinsabor que uno había ignorado antes. piensas que esa pose que encontrabas tan linda es ligeramente escalofriante ¿y para qué te les quedas viendo tanto? uno ve una foto fijamente y dice: ¿eso siempre ha estado ahí? antes de que te des cuenta se les cayó todo el color y tu foto asepiada ahora vale cien veces su valor ¿no es así? falso. a nadie le interesa tu foto vieja, incolora, inolora e insípida. ¿y entonces por qué pusieron el efecto sepia en las cámaras digitales? para que alguien afuera de tu costco más cercano te vendad jocosos retratos familiares. uno no quisiera que la foto estuviese viva como quisiera que pudiera cambiar un ligero detalle en ella, un algo que estaba y ya no está o un pequeñísimo ligero que nunca estuvo.
todo esto, por supuesto, le vale madre a la foto.
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