miércoles pixar

algunas de las pocas filosofías de bolsillo que he adoptado, que me ayudan a iniciar mis discursos motivacionales o convencerme de algo cuando no estoy seguro, han salido de las películas de pixar. la primera, probablemente mi favorita, sale de la última editorial de Anton Ego leída en su voz casi al final de Ratatouille: no cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede venir de cualquier parte. mi interpretación, no hay nada en ti que te impida ser lo que quieres ser, es todo lo que cualquiera necesita saber para hacer cualquier cosa. la segunda, palabras de sabiduría de la olvidadiza Dory en Buscando a Nemo que resumen el problema de un sobreprotector Marlín: si no quieres que nada le pase, entonces nada le pasará. y para mí, perennemente tonto, es toda la justificación que necesito para nunca privarme de competir por temor a quedar último, para no negarme ir all in cada vez que puedo sólo porque tengo que empezar desde cero otra vez, y sobre todo, porque soy cursi, para no huir de un amor porque el corazón puede terminar roto, porque nadie sabe siquiera qué significa esa palabra, porque es imposible saber cuándo es de verdad.