siento como si fuera una mala persona cuando me encuentro en la necesidad de cobrar mis deudas. como si fuera un usurero maldito, como si fuera uno de esos cobradores de impuestos en los relatos de Robin Hood, como si fuera personaje en una de tantas parábolas bíblicas que hablan sobre las instituciones de crédito y banca múltiple.
pero a veces no tengo de otra. lo que en verdad me entristece es que si bien a la mayoría jamás les he dicho nada, en tanto tiempo no han venido a decirme Oye, toma cien pesos. Toma un peso. no todos son así, y escribir de esto me hace sentir como si fuera peor persona. pero si todos fueran así, yo no andaría en problemas, yo no me sentiría tan mal. no creo ser una persona envidiosa, al contrario incluso generosa a
veces. creo ser bastante paciente y no creo haberle negado a alguien mi
ayuda, sobre todo en esto, al contrario, creo que la he ofrecido siempre
que ha estado en mis posibilidades.
pero ¿por qué sus sueños sobre los míos? ¿por qué sus problemas sobre los míos? como si anduviera vestido con playera a rayas, antifaz y bolsa con signo de dólar.