a más tardar en doce años, pero definitivamente antes de dieciocho, tendremos un candidato presidencial de la generación internet. esto quiere decir que esa persona habrá tenido cuenta de facebook personal antes que página de campaña, que su correo electrónico guardará millones de correos con cualquier mensaje cotidiano, que tendrá una cuenta de myspace, fotolog, metroflog o peores abandonada, entre otras cosas.
creo que todo lo que hace maravilloso al internet, también lo puede hacer peligroso. algo que hace muy bien es confundir lo diacrónico son lo sincrónico: todo lo ha sido alguna vez, lo es para siempre y en todo instante en el internet. me explico: cada compañero de clase, cada salón, cada equipo deportivo, cada congreso al que has asistido, cada compañía, cada reunión familiar, cada borrachera, todo lo que has hecho tiene un representante en facebook. cada una de nuestras opiniones son rastreables y comprobables mediante entradas de blogspot o pequeños mensajes en twitter. eres todo lo que has sido, con evidencia gráfica que así lo demuestra.
esto va a venir a mordernos el trasero eventualmente. y digo que vendrá porque creo que es inevitable: no hacerlo significa dejar de compartir, dejar de ser uno mismo, dejar de hacer las cosas que uno hace en la sociedad en la que vive.
y esto me atemoriza. hoy es un candidato que se equivoca el nombre de una autora en un programa de radio -estoy hablando de Cordero- pero mañana bien podría ser un video de cualquier candidato subido a youtube de cómo se tarda demasiado tiempo en multiplicar siete por ocho: El candidato no sabe matemáticas, dirán los encabezados en todas partes. pero pasado mañana, ¿quién de nosotros podrá equivocarse con el título de un libro si ya todos nos burlamos del que lo hace? hay pruebas de que lo hicimos. en una sociedad que tiende hacia lo políticamente correcto, ¿cuántas bromas o insultos del pasado se multiplican bajo la visión moderna? pasado mañana puede ser cualquiera de las opiniones que aquí he escrito, todos los insultos que he proferido en comentarios de facebook, cada chiste grosero y de mal gusto grabado en una fiesta privada, pedazos de mi vida sacados de contexto. no tendré oportunidad de cambiar, de mejorar, de arrepentirme de mis errores, de un sincero Yo ya no soy así. seremos juzgados por cada error, por cada mal chiste, por cada olvido, por cada comentario, por cada actualización de estado, por cada twitt; todo eso estará grabado a perpetuidad en el vasto internet, en el cementerio de las memorias olvidadas.