estamos tan aterrados de ser normales que a todo le inventamos rarezas, locuras, especialidades. a toda costa no queremos ser uno más, idéntico a los demás. la gente dice que todos somos especiales, que todos estamos locos, sin darse cuenta que entonces nadie sería especial.
a lo mejor me puedes preguntar, pensando que has ganado el argumento que Qué es normal. y esa es la cosa, no tendemos entendimiento de qué es lo normal y de cómo usamos raro, especial como opuestos. normal es, como diccionario terco, relativo a la norma y la norma es tan sólo el promedio, el estándar, lo esperado, lo legislado, etcétera. ¡claro que hay normalidad! pero es un error pensar que es un punto en lugar de un rango. es decir, hay muchos distintos indicadores de normalidad y todos ellos tienen una manera de ser medidos y un intervalo bajo el cual dichas mediciones son normales. en algunos casos, digamos la estatura, lo normal es simplemente el promedio. yo, por ejemplo, tengo estatura promedio; en cuanto a la estatura soy una persona normal. en otros, por ejemplo el peso, puede referirse ya sea al ideal buscado o también al promedio; bajo la primer definición y después de mucho trabajo, también soy una persona normal. no con poca modestia, creo tener más inteligencia que el promedio sin que eso me haga excepcional: estoy ligeramente fuera de lo normal, pero no demasiado. es probable y común que entre tus conocidos y cercanos todos compartan un mismo nivel de inteligencia, de estudios, de guapura y de poder adquisitivo pues se hereda, se comparte, se contagia. por ejemplo, todos mis amigos estudian o estudiaron una carrera profesional, es decir, aproximadamente dieciocho años de escolaridad, que es normal para nosotros; mientras tanto el promedio para un mexicano es de ocho punto seis grados de escolaridad, y eso nos hace privilegiados.
también el sentido de lo esperado puede ayudarnos. para una persona que desde los cinco años y sin interrupciones se ha dedicado a practicar algún deporte en el sentido de deportista profesional, entonces lo normal sería que pudiera asistir a grandes competencias en su disciplina, incluso si para el resto de nosotros eso es algo excepcional. José Ramón se encuentra ahora mismo en Costa Rica, representando a México en la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas; sólo cuatro alumnos de todo el país hacen esto al año, y muchos repiten, además José Ramón es el primer potosino que lo hace en toda la historia. pero si considero el tiempo que le ha dedicado, el nivel que ha mostrado, lo que ha logrado hasta ahora, es algo que debería ser normal para él, incluso si es completamente imposible para el resto de nosotros.
lo normal no es aburrido, no es poco interesante, no es despreciable. bajo cualquier característica graduable, siempre habrá algo que podamos catalogar de normal, probablemente lo más popular, lo más repetido. lo normal tiene muchísimos matices, ¿no nos quejamos de todo lo que ocultan las estadísticas? somos distintos e individuales, incluso si somos normales. todas las estadísticas se pueden graficar, ¿cómo se vería una gráfica que expresara que todos somos anormales? lo normal es un constructo teórico producto de muchísimos parámetros medibles distintos y existe creamos en él o no; sucede, además, que la gran mayoría de nosotros, por definición, estamos dentro o no muy lejos de dicho modelo en al menos un aspecto. hasta para los sentimientos: si no tuviésemos al menos un mismo punto de partida para el miedo, para el amor, para la tristeza, entonces puedes decir que me quieres o me odias todo lo que quieras y no significaría nada para mí.
aquí quiero aclarar: no, no eres disléxico, pero a veces se te confunden
las letras, sobre todo cuando estás distraído. no, no eres
obsesivo-compulsivo, te gusta tener el control de las cosas que te
importan. no, de verdad te juro que no eres bipolar, sólo tienes cambios
de humor, sobre todo en tus días más complicados. no, no estás loco. lo
más probable es que tampoco seas esquizofrénico, ni paranoico, ni
tengas doble personalidad. ¡y qué bueno! todas esas enfermedades son
terribles en grados muy desarrollados y en la vida normal los queremos
usar de excusas rápidas, de presunciones. no jugarías con tener cáncer
¿o sí?
y la locura no nos hace más interesantes. un tiempo estuve yendo con un psiquiatra y estuve bajo tratamiento para depresión y algunos tipos de ansiedad, en particular ansiedad social. sé que suena como un diagnóstico estúpido y la receta de mis adultos sería una dosis doble de Ya no sea ranchero. sin embargo, dadas ciertas condiciones, el grado de incomodidad que experimento me hace imposible pensar correctamente, ya no se diga hablar para decir cualquier cosa y ha derivado en blackouts de hasta dos horas. si eso me hace más interesante, la verdad es que no puedo andar contándoselo a extraños -cara a cara- pues es una situación que me aterroriza. es algo de lo que quisiera deshacerme, que no le deseo a nadie y que estoy bien seguro no es lo normal. ¿esquizofrenia? ¿bipolar? no, gracias.
nuestros padres y maestras de kínder deberían pasar menos tiempo diciéndonos que somos especiales nada más por haber nacido y mucho más tratando de hacernos entender que somos muy parecidos unos con otros: de todo lo que tenemos en común nace el entendimiento, el respeto, la empatía; si somos especiales, los demás son despreciables. si no hay algo que consideremos normal, no puede haber nada que sea excepcional. el colmo sería que si todos son especiales, yo que me considero bastante normal terminaría siendo el más raro de todos.