después del encuentro ante colombia en la ciudad de monterrey hace poco menos de un mes inició el problema que todavía hoy nos aqueja. aunque evidentemente hay muchos intereses debajo, unos defienden que la concentración estaba rota, y los otros que todos seguían concentrados. decio de maría, secretario general de la federación mexicana de fútbol, declaró en horas pasadas que el asunto de cuándo exactamente se rompe la concentración es un asunto de semántica. siendo así, lo natural es traer a un experto en semántica a resolver dicho problema. aunque varios nombres circularon la mesa en la que se discutía quién sería ese experto, desde el inicio se tenía bien claro quién sería comisionado para esta difícil misión: el licenciado en letras españolas. un par de horas después de contactársele, arribó a la ciudad de méxico en dónde fue recibido como jerarca de estado –o bien, como dueño de equipo de primera división. de inmediato se trasladaron a la sede de la fmf en donde se le presentaron todas las evidencias posibles. sin embargo, el licenciado se portó tajante y exigió ver únicamente la famosa hoja en la que se habla de la ruptura o no de la concentración. se extrajo la hoja de un enorme folio de documentos. presidente y secretario general intercambiaron miradas de preocupación. del otro lado de la sala, impávido, se encontraba el director de selecciones nacionales cuya cabeza pendía figuradamente de un hilo. el señor licenciado recortó dos o tres pedazos de la hoja y los introdujo en un tubo de ensayo que extrajo de su maletín y al que añadió seis gotas de azul de metileno. repitió el procedimiento con otros seis pedazos de la hoja, dos tubos de ensayo y seis gotas de naranja de metilo en una y seis de violeta de genciana en otro. agitó los tubos ligeramente y los dejó reposar esperando se terminaran de decantar los pedazos de papel. mientras tanto, sacó de su maletín un grueso tomo del corominas y dos de la nueva gramática de la lengua española de la rae. con precisión milimétrica se movía de un libro al otro, como si supiera exactamente en dónde se encontraba cada cosa que buscaba. durante todo el proceso, la sala quedó en completo silencio.
de repente, un suspiro generalizado. el tubo de naranja de metilo había cambiado su color a azul. el licenciado levantó la mirada hacia los tres tubos, ahora todos en tonos fríos. tomó los tres en su mano derecha y se puso de pie. Ahí lo tienen –exclamó- la concentración estaba rota.
entre flashazos y reporteros, el licenciado en letras españolas se retiró a la calle, donde le esperaba un taxi a la central y de vuelta a casa.