no estoy seguro de que muchos de ustedes tengan una idea sincera de cómo logramos organizar la Olimpiada de Matemáticas en San Luis. cuando yo pedí ser el delegado, la verdad es que no sabía como hacerle. es complicado: ni las secretarias pelan a chavos de diecinueve o veinte años cuando van y llevan oficios para pedir apoyos. yo sé que muchos delegados dicen que no tienen presupuesto en sus estados, pero en nuestro caso es completamente cierto. en los últimos años hemos tenido la fortuna de contar con un muy buen apoyo para viajar al nacional. pero todo lo demás, todo lo que es en sí la Olimpiada en San Luis se hace sin dinero. es mentira, porque se necesita dinero. a veces nos presta alguna escuela o la sede nos hace el favor. pero por lo general, nosotros tenemos que pagar. por eso somos la mejor Olimpiada del mundo: el equipo está tan comprometido y le gusta tanto que está dispuesto a pagar su viaje de diez horas en camión para ir a entrenar. este año, toda la etapa estatal se costeó con las becas que Luis y yo recibíamos del CIMAT; como ya no tenemos beca, no sabemos cómo le haremos el siguiente año.
es por esto que somos un equipo tan unido, tan trabajador. lo que ha crecido la Olimpiada lo ha hecho por un trabajo incansable nuestro y de los chavos. y también por esto, a la gente que nos ayuda la mantenemos cerca y la apreciamos mucho. a todos aquellos adultos, profesores, burócratas y padres de familia que pueden ver más allá de nuestra edad e improvisación y darse cuenta que nadie se toma esto tan en serio como nosotros los llevamos en el corazón. Gelasio, Gallo, Santaclós, Gil, Raposo y recientemente Alejandro en la UASLP; Juan y Arturo en el Tec de Monterrey; el profe Hugo y la maestra Isabel en Matehuala, como el profe Piña, la maestra Sanjuana y compañía en Valles; Margarito, el licenciado Reyna y el médico Helios en COBACH son de nuestros aliados más fuertes; recientemente Joaquín en la Apostólica; Rubín de Celis cuando fue secretario y ahora Juan aunque como que no quiere; desde el año pasado y con muchas ganas pese a la poca organización, el profe Jorge, Jacob, Linda, el conta y sobre todo Mario Bautista en la dirección de Secundarias Generales. pero las personas que más nos han apoyado son nuestros padres: los de Luis, la familia Zubieta, y los de cada uno que saben bien cómo nos las vemos y jamás nos han negado su ayuda y comprensión.
quisiera sobre todo mencionar a mi padre. creo que él es nuestro patrocinador más fuerte y no tanto porque cree en la Olimpiada y lo que representa, sino porque ahí metido estoy yo, su hijo. creo que nada nos ha abierto tantas puertas como mi nombre, que se responde con Ah, tú eres el hijo del ingeniero. al principio me molestaba porque tenía ganas de lograrlo yo solo. luego me di cuenta que eso era estúpido y ahora entiendo que si en muchos lugares han sido amables con nosotros ha sido porque estiman mucho a mi padre. nunca ha dudado en meter las manos por nosotros y si no fuera por él, nuestros trámites que duran meses ni siquiera saldrían. yo entiendo que así funcionan las cosas y el nepotismo y la corrupción bien dirigida no me quitan el sueño porque el dinero no me lo clavo, porque la Olimpiada no es capricho mío: es capricho de un chingo de personas más y es un buen capricho, uno que vale la pena defender.
y si hoy en la noche tenemos con qué terminar nuestro viaje en esta veinticuatro olimpiada que empezamos en enero, es por el apoyo de todos ellos que creen en nosotros. por eso nuestra Olimpiada es tan fuerte, porque hay quienes nos cuidan desde su trinchera; porque si fuéramos débiles, si no estuviésemos unidos, esto hace rato se habría caído.