siempre inclino la balanza de tu lado porque estoy parado en tu mismo plato y aceptémoslo, estoy algo pesadito. si quieres puedo pasarte cartas bajo la mesa. se me ocurre que puedo entregarte todos los listones azules de mi vida desde ahora, para irnos evitando trámites molestos. intento ver las cosas desde tu punto de vista, pero cada vez que estoy ahí, tú ya estás en otro lado. ni te digo lo que quieres escuchar, ni escuchas todo lo que quiero decirte. está bien, porque así hay menos qué explicar; mira que tontos no somos porque yo sé bien que tú sabes que yo sé que tú sabes que yo sé que tú sabes. una vez pensé que sabías que yo sabía que tú sabes que yo sé que tú sabes que yo sé que tú sabes, pero la verdad estaba exagerando; si fuésemos ligeramente distintos, esto sería desgastante. a veces sí me apenan las cosas que te digo, pero luego todo eso se va. el problema con la imparcialidad es que se lo dejo a los jueces y los periódicos; así es como me gustan mis noticias: imparciales. a menos que quieras ver las cosas de más arriba, mejor no vamos al sube y baja.