a medio camino entre dos días de decir toda la verdad, tenemos un día que nos incita a mentir. en navidad -que para la mayoría es más bien noche buena- la gente no dice mentiras; es más, nada más por ser navidad, algunos se sienten especialmente motivados a decir algo que quizás no dirían en otra época, esperando ganar el favor de Santa o encontrarse parados bajo el muérdago. una semana después, el último día del año, me parece que la gente siente que (a) quieren empezar el año nuevo sin el peso de sus verdaderos sentimientos ocultos, (be) si lo dicen antes del año nuevo y no gusta, se olvidará en cuanto el reloj marque las doce y como si nada, (ce) si lo dicen antes del año nuevo y gusta, el año nuevo empezará de maravilla.
pero hoy, ligeramente más cerca del día de la honestidad por bondad que del de la honestidad por desesperación, la gente dice mentiras. a veces sencillas, a veces muy elaboradas, me parece que siguen uno de los siguientes tres patrones: (uno) pasa algo que siempre has deseado que pase, (dos) pasa algo que siempre has sabido que pasaría, (tres) pasa algo que desearías no pasara nunca. el 'nunca' y el 'siempre' en los patrones quiere decir que es algo que hasta ahora no ha pasado y por eso es sorpresa que pase. es difícil decir en qué inciso cae cada una, pues una misma noticia, como que AMLO declina ser candidato para 2012 puede ser 'uno' si eres Felipe Calderón o Marcelo Ebrard o 'tres' si eres, no sé, el presidente del club de fans de AMLO. entre los amigos te dicen que Fulano y Mengano han vuelto o han roto para siempre. que Mengana está embarazada. más pesada, te dicen que alguien ha muerto. y nunca falta el chistoso que pide dinero que no va a pagar.
¿no irá un cachito de verdad ahí? puedes medir las reacciones de todos. ¿cuánta gente se alegra de que cierta pareja se separe? a un amigo tuyo se le escapa decirte que siempre le cayó mal, que se le hacía un patán. ¿cuántos dicen "lo sabía" al ver que alguien estaba embarazada? antes de darte cuenta, la broma puede voltearse y salen padres alternos, quizás verdaderos.
hoy me gusta comprar el periódico y ver la contraportada, llena de noticias falsas con los sueños y anhelos de los lectores; los diarios se mueven en el extremo del espectro en que todo te da gusto. pero por lo demás, preferiría no contestar el teléfono, no leer los mensajes, no entrar a facebook. como con todas las bromas pesadas, no vaya a ser que se cumpla lo que más quiero y sea sólo un chiste.
