llámame tonto, pero hoy me levanté temprano. llevo más de un mes tomando vitaminas, poniendo dos o tres alarmas en el celular, pidiendo que me llamen temprano y no escuchando el despertador de campanas que levanta a todos menos a mí y fue hoy que me levanté temprano; no para mis exámenes, no para mi tesis, ni siquiera para phineas y ferb, pero hoy. miré fijamente el reloj hasta que fuera tiempo de apagar la alarma, varios minutos antes de que sonara. recuerdo la última vez que me levanté tan temprano, sin trabajo. lo que me imagino que pasa es la firme idea de que incluso si todo sale mal en el día, será mucho mejor que cualquier sueño que pueda tener acostado en mi cama; es de esos días en que el cuerpo te empuja, te necesita afuera de las cobijas. el mundo es enteramente distinto a estas horas, vi amanecer sentado en mi cama y me parece que la ciudad está un poco más brillante que de costumbre. desde aquí puedo ver mi casa. no tengo un verdadero plan, ni una estrategia o una agenda. hoy es un día como los demás días y esta entrada es como las demás entradas. no me imagino que los días pudieran llegar con un moño, con expectativas y esperanzas como si ellos mismos desearan ver las cosas pasar en su corta vida. no lo sé. ¿sabes qué? incluso estoy pensando en meterme a bañar.