cada vez que dejo de verte te sigo viendo, sin querer, en sueños e imaginaciones. es normal, supongo. seguro es cosa de mi memoria, pero tu rostro preciso me dura tan sólo unas horas antes de ser suplantado por otro que me construyo primero para no perder la costumbre y más adelante porque no vaya a ser que no te reconozca. creo que lo primero que olvido es el tono exacto de tu voz, pero eso es normal. no creas que exagero, pero con el tiempo puedo incluso dejar de pensar en ti por minutos enteros a la vez, aunque no tarde mucho en encontrar algo que me recuerde de ti. mira, la verdad es que a la larga, ya te olvidé por unos días y vivo igual que vivía antes, sin que sea más o menos productivo. nada de lo que pase en ese tiempo puede prepararme para volver a verte, y eso está bien. no sé si alguna vez, por algún raro olvido de niña, despertaste sin recordar que era navidad, sólo para encontrar un pony debajo del árbol, probablemente comiéndolo. nunca me pasó, pero imagino que así se siente.