miércoles sin pensarlo verdaderamente

he intentado juntar toda mi razón y objetividad para tratar de decidir si verdaderamente habré de pensar en ti cada día de mi vida. he leído novelas y poemas, frases que dice la gente quizás sin pensarlo, que parecen cargas monstruosas y bendiciones interminables: No dejo de pensar en ti, Todos los días pienso en ti, No pasa un día, una hora, un minuto sin pensar en ti. la verdad es que no quisiera para comprobarlo, proponerme no hacerlo pues la pura idea de perseguir mis pensamientos para procurar que no aparezcas te hará aparecer más que de costumbre; pensar en dejar de pensar en ti más que lugar común del país de la mala poesía es simplemente estúpido. mis razones van un poco más allá: me he encontrado que, efectivamente, es poco el tiempo que puedo pasar sin pensar en ti y como evidencia no sobrarán estas y otras líneas; por sobre todo me sorprende al final del día la hipótesis de no haber pensado en ti hasta ese justo momento. mucho más pavoroso me parece que en la calle, en mis libros y mis canciones, en la televisión, en la ciudad y en mi auto sobre cualquier carretera, siempre hay algo que me recuerda a ti; cualquier cosa que viva me parece haberla vivido ya en años o sueños anteriores y para cada historia que leo y escucho siento tener una similar contigo. quizás por sobre todo lo que pasa es que pienso que sin verte, sin llenar nuestro libro de nuevas páginas y con las fotos guardadas y mi deficiente memoria cargando más y más recuerdos nuevos y gastados, no veo razón por la que esto deba confirmarse como verdad para cada día si no me lo propongo como si fuera personaje de García Márquez. pero yo estoy hecho para las razones y no encontrarlas me deja intranquilo, aunque esto, como todos los días, sea el mismo poco de ayer.