mis días en la ciudad se hacían más y más pesados conforme avanzaban los casos y cada uno era más tedioso que el anterior. la gente no sabe para qué usar un licenciado en letras españolas, ni siquiera las universidades que los engendran, y quieren que les resuelvan todo en la vida: desde corregir su pésima ortografía hasta descifrar su criptográfica caligrafía, pasando, sobre todo, por saber el significado de cada una de las palabras que existen, han existido o existirán o actuar como juez para certificar la palabridad de una cadena de sonidos. así pues, me encontré rápidamente con el aburrimiento y necesitaba salir de la ciudad.
como feliz coincidencia, mi compañero de cuarto Juan tenía que hacer un viaje de algo así como trabajo a Mérida, en una extraña competencia de matemáticas que nunca entendí. me invitó a acompañarlo en el viaje y yo acepté con gusto, pero tres días me parecieron muy pocos así que tomé un avión dos días antes que él. para cuando me alcanzó en la ciudad con algunos de sus alumnos más destacados y molestos. el calor meridiano me había agotado por completo y su rara competencia me llamó la atención, así que decidí acompañarlo unos días de ser posible; la pésima organizacíon me permitió entrar a los eventos que quise y abandonarlos cuando se volvían demasiado molestos, que, sin embargo, parecía el mayor de los entretenimientos.
le comenté a Juan que no entendía cómo podía tomar tanto tiempo hacer las cosas y me pidió que lo acompañara. lo hice, con interés sincero. lo que encontré ahí fue totalmente nuevo para mí. durante la primera hora de la aplicación del examen -que es durante dos días, cuatro horas y media y tan sólo tres problemas- los alumnos pueden hacer preguntas sobre la redacción, es decir, resolver posibles ambigüedades que residan únicamente en el enunciado de cada uno de los problemas. sin embargo, como aprendería después, la simple instrucción es demasiado ambigüa en sí pues no hay un canon preciso ni un acuerdo exacto sobre todo lo que se puede contestar, todo lo que no se puede contestar y cómo. las preguntas empezaron a llegar por montones a pesar de que a algunos no parecía invadirles la misma prisa por entregarlas que a otros -o quizás precisamente por eso. y se despachaban algunas con la misma velocidad, otras con pasmosa pasmosidad; algunas se podía decidir Es claro que es una broma, mientras que para otras se contestaba con Eso que dices es tu interpretación. me parece, simplemente, que se quiere justificar de manera objetiva un proceso que es realmente subjetivo.
Luis y yo estábamos en una mesa junto con quizás ocho personas más, tratando un único problema. además de nosotros, había alguien coordinando el proceso, supuestamente con la intención de agilizarlo. sin embargo, pronto llegamos a una pared infranqueable. en resumidas cuentas, y para no entrar en detalles engorrosos que terminen de arruinar las vacaciones de alguien más, descubrí que hay gente que considera que hay textos que son el perfecto opuesto a ambigüo: admiten una única interpretación y esa interpretación es la que pretendía el emisor. eso a mí me parece una completa falacia. me parece que el emisor tiene cierto control sobre el nivel de ambigüedad del texto: puede hacerlo más o menos, pero ciertamente no puede controlar qué decide interpretar el receptor. es cierto, el receptor puede hacer interpretaciones demasiado extravagantes, increíblemente raras y sí, es posible argumentar que inválidas o infundadas, pero jamás podríamos decir que están prohibidos de entender el texto así.
para esta historia no hay villano, no hay texto enemigo y ciertamente no hubo victoria para la causa. no hubo manera de convencer al coordinador de que eran posibles más de una interpretación: primero era falta de experiencia por parte de Luis y mía, que no superamos ni con los seis años de experiencia de Luis, ni con mi licenciatura en letras españolas -la única en toda la habitación. no hubo manera de convencerlo de que el texto invita a varias interpretaciones.
este texto, querido amigo, tiene una única interpretación. ¿será usted capaz de encontrarla?