hace seis años eran casi desconocidos, los juegos ni se pasaban en la tele. esta vez, probablemente porque jugaban en casa, todos seguimos sus pasos cada día. la verdad es que los partidos tienen tanto nivel que se te olvida que son chavos; y la raza no distingue edades. hace seis años yo tenía su misma edad y hoy les digo chavos. hoy, dicen, cambiaron al país para siempre. mientras, se apresuran a decir que no debutarán pronto. quizás deberían; juegan bien y seguro no tardarán mucho. ojalá, por sobre toda la alegría que le traen a este país futbolero, reinvindiquen a la anterior generación dorada y sigan jugando con el mismo corazón en dos, cuatro, seis y siete años, el mundial que les tocará jugar a ambas generaciones juntas. es normal que nosotros, futbolistas frustrados, admiremos a estos jovencitos; me llena de esperanza ver niños pequeños con ganas de seguir los pasos de nuestros más recientes héroes nacionales.