cada de vez en cuando uno sale de una película pensando que esa es la historia de su vida, o que esa es la historia que quisiera para su vida. sin embargo, la filmografía de Hollywood o incluso la del llamado cine de arte nos oculta que está complicado, que no todos podemos ser protagonistas: alguien tiene que abrir la puerta, alguien tiene que entregar las noticias que cambian la historia, alguien tiene que hacer los sándwiches, conducir los camiones, atender en el banco, alguien tiene que quedarse con esos papeles secundarios del mejor amigo o de la chica que uno persigue eternamente o quizás, con suerte, el dios de la máquina. es difícil aceptar que la historia nuestra no tendrá un final, sólo la muerte.