jueves, 26 de julio de 2012

jueves de seguir el dinero

una de mis pesadillas recurrentes es que Julio Hernández, el crítico periodista y escritor de El Astillero que aparece publicado en La Jornada de lunes a viernes, es que lea algunas de mis entradas recientes y me acuse de ser un maldito pseudointelectual alineado al poder, un asqueroso vendido y demás. no me da el mismo miedo con Anonymus, cuando menos no con @anonopshisano y sus seguidores o distintas vertienes, quienes me han parecido más bien bullies berrinchudos que no siempre están del lado de la verdad o la justicia y los sigo de cerca tan sólo porque me dan un miedo sincero; quizás podrían aventar sus LOICs mágicos que obtienen mis datos públicos o su legión de spammers.

desde siempre he intentado informarme desde más de una fuente, aunque me imagino que es natural que me agrade más con la que incluso sin querer estoy más de acuerdo: leo La Jornada desde hace años y empecé a leer El Universal cuando sentí que me perdía de cosas por sólo leer uno, y eventualmente tuve que hacer un promedio que le hacían falta todavía más. seguido encuentro opiniones con las que no sólo estoy de acuerdo, sino que son casi idénticas -seguramente esa es la razón por la que estoy de acuerdo, estaría cabrón estar en desacuerdo conmigo mismo. a veces, no estoy seguro por qué, mi opinión suele ser la discordante: me divierte pelearme con la juventud informada. 


desde hace más de un mes, se ha desatado una pelea por los manejos de dinero de procedencia ilícita para financiar la campaña de Enrique Peña Nieto, candidato del PRI. este es el argumento principal en el juicio de invalidez promovido por el Movimiento Progresista ante el Tribunal Electoral. en los días recientes, las acusaciones han tomado cada vez más forma, sobre todo centrándose en Monex y las facturas a empresas fantasma como Inizzio. es un gusto que las izquierdas parezcan tener más orden, pues fracasaron en su promesa y posibilidad de vigilar todas las casillas y a veces da la impresión que hasta desconocen el COFIPE. las acusaciones no son para tomarse a la ligera, y la disputa me parece más sólida que el famoso caso Soriana, empresa que, me parece, se ha ido entre las patas del pleito, pues estoy seguro que no será posible comprobar participación de su parte -los gobiernos compran despensas a supermercados o abarroteras porque es más sencillo y aunque los montos son enormes, parecen estar dentro de lo normal

aunque de manera muy creativa. ¿dónde consigo una tarjetota?
la cosa es que esas investigaciones toman mucho tiempo: hay que andar preguntándole a la Bolsa de Valores, a los bancos. incluso, la vigente legislación electoral aprobada por los partidos -incluidos los de izquierda-, les permite entregar cuentas de gasto de campaña al IFE para su fiscalización después de la fecha límite que tiene el Tribunal Electoral para validar la elección. es decir, cualquier castigo por rebasar tope de campaña no influirá sobre la calificación del Tribunal. tampoco lo harán las marchas; es sólo wishful thinking creer que los magistrados se sienten especialmente presionados cada domingo.


los números que entrega el Movimiento Progresista me parecen exagerados: cuatro mil quinientos millones en gastos de campaña que no están desglosados. hay que entender que ahí incluyen no sólo los millones que acusan fueron triangulados a través de Monex, sino también lo que se usó para recargar los famosos monederos de Soriana -que en realidad podría ser el mismo dinero contado dos veces- y la compra de encuestas y tiempo aire en radio y televisión a través de comentarios favorables; algo de este dinero está argumentado con las facturas de Monex, pero me imagino que mucho debe estar calculado a ojo de buen cubero o basado en las notas que publicó The Guardian o en la demanda penal que levantaron en California -ninguna de las cuales es exactamente evidencia irrefutable.

gastos como las encuestas -que son en realidad cubiertos por Televisa o Milenio, por ejemplo- abren el otro debate de manera más amplia. la izquierda debería desechar este argumento que fácilmente puede voltearse y concentrarse en el manejo de recursos de procedencia ilícita -del que tampoco saldrán limpios.

¿por qué digo que se puede voltear? hace pocos días, el PRI acusó al equipo de Andrés Manuel de rebasar el tope en algo así como mil millones de pesos, financiado a través de organizaciones civiles como Morena, Austeridad Republicana, Honestidad Valiente y yo incluiría AMLO.sí y Despierta México aunque no estoy seguro ni qué sean. la opinión pública y la izquierda ha desechado rápidamente estas acusaciones, diciendo que son patadas de ahogado, pero la verdad es que fue un tema recurrente del PRI durante toda la campaña, al punto que es una de las investigaciones pendientes del IFE.

no muy lejos del fondo, las acusaciones son las mismas: ¿cuánto de la campaña financió Morena, Austeridad Republicana u Honestidad Valiente? ¿pueden hacerlo? ¿está contabilizado ese gasto? ¿de dónde salió ese dinero? después de todo, Andrés Manuel vive de ese dinero y la fuente podría derrumbar una de sus frases favortas: que es un hombre libre; cincuenta mil pesos al mes libres de impuestos, libres de declaración patrimonial. eso en cuanto al manejo del dinero. pero también están los tiempos y la duración de la campaña: si quieren acusar a Enrique de promocionarse durante todo su sexenio, ¿no podría argumentarse que Andrés Manuel lleva al menos seis años de campaña? durante las elecciones del dos mil nueve, era abiertamente promocionado por el Partido del Trabajo ¿ese gasto no cuenta como usar dinero público para promocionar su imagen? ¿qué hay del gasto que hizo Morena durante los seis años o del gasto que hacen los ciudadanos a través de AMLO.sí o de Honestidad Valiente? eso me parece un tema mucho muy complicado, que no entiendo pero nada despreciable y que nadie aclara: ¿cuántos de nuestros derechos políticos y libertad de expresión están limitados por la legislación electoral?


encima de todo esto, si estos males son tan grandes y mortales, ¿por qué sólo la elección presidencial está mal? ¿esta inequidad no afecta la elección para senadores o diputados? la izquierda no tiene ningún problema con ser entre segunda y tercera fuerza en el congreso, incluso cuando los números de votos entre la presidencial son mucho más cerradas que la de cualquiera de las cámaras.

no, no creo que los pecados de la izquierda exoneren al PRI, ni creo que el hecho de que el dinero que acusa el PRI a las izquierdas sea menor hace que lo suyo pueda ser menos ilegal; creo que ambas acusaciones son válidas y deben investigarse a fondo, para que no prevalezca la duda, para limpiar bien la elección. en particular, debe sentarse un precedente sobre la capacidad de participación de organizaciones civiles, asociaciones políticas nacionales y de particulares en una contienda electoral. además, idealmente debería otorgársele autonomía a la FEPADE y capacidad para influir en el resultado o castigar de manera electoral.

sinceramente, no creo que el Tribunal invalide la elección y Javier Martín Reyes lo dice mejor que yo: hay cierta injusticia en anular millones de votos, una segunda elección es carísima, hace falta analizar si el resultado de la elección podría cambiar -que lo dudo- e invalidar la elección no hace nada para que esas prácticas desaparezcan.

julioastillero retwitteó sobre mi pesadilla y hasta empezó a seguirme, no creo que me lea pero en una de estas se cumplen mis pesadillas.


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