martes casa nueva

qué contento estoy en mi casa nueva, hecha de retazos: está mi primer plato y mi primer vaso, de los tiempos de casa de asistencia, los que compré para compartir en casa compartida y el vaso grande de mi quinta mudanza, la vajilla de mi primer matrimonio y otros tantos que ya no reclamó mi antiguo compañero; también mis sartenes comprados con puntos en Soriana y un refri pequeño ahora en desuso de mi primer departamento; tengo los libreros plásticos que he ido acumulando, los sillones de la sala que ya no le cabían al amigo y la cama gigante que mandó mi madre por correo; la tele que llegó después y las mesas y sillas que juntamos entre todos, de distintos tamaños y colores; hay tres camas mías en esta casa y un olor a perro mojado, de mis diez plantas ya sólo queda una y mis libros desparramados, tres monitores arrumbados, cajas llenas de papeles, cien películas y un sesenta y cuatro. me siento nuevo, hecho de cosas viejas, amarrado en tus agujetas, con un costal de veinte kilos de croquetas; tus cortinas y nada más, mi cuarto son sólo dos ventanas y mi ropero y mis almohadas y mis sábanas y mis ganchos y mi diario que maldijeron y mi corcho y mis crayolas y cosas en cajas allá arriba que no sobreviven otra mudanza. mi quinceava inscripción a la escuela, mi séptima dirección privada; en cinco días tendré su cuadrado.