intenten recordar cómo era su ciudad hace quince años. en la mayoría de los casos, esto vale para su ciudad ahora mismo. en general, las banquetas no están diseñadas para los peatones, no se diga para personas con alguna discapacidad: la silla de ruedas no cabe o sube y baja por la entrada de los autos, no hay nada que guíe a los ciegos o les avise de bajadas o cruces. nuestras ciudades no están pensadas para incluir a personas con problemas de movilidad: rampas en edificios, letreros en braile, semáforos audibles, cruces a nivel. la conciencia de que necesitamos cambiar y adecuar la ciudad para que incluya a todos es bastante reciente y se debe, en parte, al Teletón.
sí, entiendo que es parte de un movimiento internacional, de un cambio de mentalidad en todo el mundo que se mueve hacia la igualdad y la no discriminación. en México, el Teletón trajo a la atención nacional a estas personas, al principio de manera muy lastimera, ahora menos pero no tanto. nos hicieron voltear a ver a estas personas y su difícil situación, sus escasas oportunidades de rehabilitación y desenvolvimiento en la sociedad. al principio, el Teletón era necesario, hoy es más un obstáculo.
entonces, prácticamente no había dónde recibieran atención, no había quién supiera cómo rehabilitarlos ni en dónde. hoy, nuestro país es distinto. entonces, el Teletón era necesario; hoy, ya no. hoy, el Teletón está superado. no quiero ni entrar a discutir las teorías de fraude fiscal ni el reinante odio hacia Televisa. el Teletón atiende un problema real y hace una labor real aunque, tristemente, insuficiente. el Teletón es, en general, poco eficiente: su atención es muy cara porque dedica prácticamente todo su presupuesto a la construcción de nuevos centros, que son edificios enormes, caros, visibles, coloridos y, pues, poco eficientes; tienen una capacidad de atención realmente reducida pero reciben grandes donativos de parte de gobiernos estatales -ya sea por quedar bien con la televisora o por querer sinceramente apoyar a quienes hacen una labor que no hacen ellos- quienes dedican partidas anuales considerables.
ese es el problema y la situación: estamos, como pueblo, listos para exigirle al Estado que cumpla con sus obligación de rehabilitación y atención de todas estas personas y los centros CREE sean prioridad sobre los CRITS, el presupuesto sobre el donativo, la aceptación por encima de la caridad. en parte, este estado es consecuencia de la labor del Teletón o la crítica que sobre ella reina. ha llegado el momento de trabajar para que no haya un Teletón más.
