no sabemos a dónde nos lleva pero vamos igual. (para ser justos, habría que decir primero que no sabemos si vamos o nos llevan porque si ni vamos ni nos llevan, tendríamos al menos que aceptar que nos movemos.) decía que no sabemos a dónde nos lleva pero igual vamos, y preguntamos y buscamos y pedimos direcciones y aprendemos a usar un mapa y tenemos una idea general -como un más o menos- pero la verdad es que no sabemos a dónde nos lleva pero vamos. yo no digo que esto sea malo pero puede dar la impresión de que estamos perdidos: no saber a dónde vamos no significa que hayamos perdido el camino; no saber a dónde nos lleva no significa que estemos perdidos. te cuento que hubo un tiempo en que yo también creía que sabía: el paisaje era familiar y sentía haberme aprendido la ruta, reconocer un árbol, sentir una curva y una pendiente, leer un letrero y platicar con un extraño. (resulta que ese extraño era amigo de un amigo, aunque no resulte relevante justo ahora.) no sabemos a dónde nos lleva pero no oponemos resistencia: ¿a dónde quisiéramos ir? ¿por qué queremos llegar antes?
no sé a dónde me lleva pero ahí voy; no sé a dónde voy pero ahí la llevo.