la verdad es que yo no soy una persona muy orgullosa y es sencillo que me termine humillando si considero me ayudará a estar bien con alguien que amo -quien, probablemente, no sienta lo mismo por mí. y así, me he encontrado escribiendo cursilerías que son mal recibidas, mandando carta tras mensaje tras llamada sin respuesta, o llamando a mi madre para confesarle mis infidelidades en conferencia telefónica en pos de un múltiple perdón y pidiendo perdón, siempre pidiendo perdón una y otra vez. espero cada vez menos, pues me he esforzado. ya no responder a cada desplante, ya no consolar cada berrinche, ya no ir detrás cumpliendo caprichos esperando el momento rogando una oportunidad; ya no. no sé a dónde vaya a llevarte tu orgullo, pero no creo que vayamos para el mismo lugar.