sábado, 19 de mayo de 2012

sábado evaluación universal otra vez

cuando uno saca por vez primera la licencia de manejo, uno debe pasar varios exámenes, cuando menos en teoría. además de ciertos trámites y pagos administrativos, es necesario que uno compruebe que sabe manejar, pero encima se le exige saber ciertos conceptos mínimos de mecánica automotriz y presentar un pequeño examen de opción múltiple sobre la legislación vigente de tránsito. cuando menos así fue mi caso en San Luis Potosí, pero esto podría cambiar de estado a estado pues cada uno decide este trámite. la licencia es un permiso otorgado para manejar un vehículo otorgado por el Estado, una vez comprobado que el individuo puede conducir. en creo ya todos los estados, la licencia tiene vigencia y, en la mayoría, para renovarla hace falta nada más volver a pagar y presentar un nuevo comprobante de domicilio vigente. 

sin embargo, todos los días hay accidentes y muchos de ellos fatales. cualquiera que haya manejado puede ver en la calle gente que conduce y se conduce muy pobremente, no sólo sin cortesía hacia los demás conductores sino sin respeto hacia los señalamientos de tránsito o las leyes en general. 

imaginemos que, dado este escenario, y ante la presión social por el creciente número de accidentes, el gobierno decide que, año con año, todo conductor deberá volver a presentar un examen de conducir que acredite no sólo que es capaz de guiar el volante y, opcionalmente, cambiar velocidades, sino que además puede hacerlo bien; que conoce perfectamente la legislación vigente y el reglamento de tránsito al grado de poder citar artículos; que sabe de mecánica automotriz en general y, además, que la sabe aplicada a su vehículo no sólo para cambiar una llanta y revisar el nivel de aceite sino incluso sobre el funcionamiento de los motores de combustión interna, la intención del radiador o dónde se encuentra el cigüeñal; que conoce sobre la historia del automóvil y algunos datos sobre, digamos, los mayores fabricantes o las carreras más importantes y sus ganadores. todo aquel que no pase este proceso se quedará sin licencia y no podrá conducir. 

para algunos, esto significaría tener que pedirle a alguien que los lleve a los lugares donde tiene que ir o viajar en transporte público; para otros, significaría perder el empleo. inmediatamente surgirán problemas: cómo atender a todos los conductores, tener que repetir esto cada año, aplicar versiones especiales a conductores de taxi o transporte público o de carga, etcétera. 

imaginemos que se pide algo equivalente a todos los doctores, enfermeras y administradores de hospitales del país, después de varios casos de muertes por negligencia o malpraxis. un examen, cada año, que demuestre que dominan aquello que estudiaron por años y años y que los licenció para ejercer la medicina; un examen que resuma los que presentaron en más de una década de estudios y prácticas.

¿suenan exagerados estos escenarios? eso espero, pues estoy aventurándome con una analogía para llegar a mi punto, espero no sea muy reduccionista ni quiero llegar a lo absurdo. 

esto es lo que muchos piden para los maestros y maestras con la evaluación universal. algunos creen que el examen -como el de sorteo de plazas- involucra únicamente conocimientos de la materia que enseñan y no es así: incluye además sobre teorías pedagógicas, sobre la ley general de educación, sobre los procesos administrativos, sobre planeaciones. es decir, reprobar el examen no necesariamente quiere decir que no saben lo que enseñan -tal vez sí, pero tal vez no- pues involucra muchs otras cosas además.

ya alguna vez antes había escrito sobre el tema de la evaluación a los profesores. por algún tiempo, esa fue la entrada más popular de este blog porque por alguna razón aparecía en buena posición en la búsqueda de Google. desde entonces, bastante sobre mi postura ha cambiado por seguir trabajando con profesores tanto en la Olimpiada como en el proyecto de SEG-CIMAT en Celaya. así pues, comparto mi visión modificada sobre este tema. 

la duda que me surgió es: ¿por qué sólo nos mueve evaluar a los maestros? ¿son los únicos culpables de todos los males que nos aquejan? ¿son los únicos cuyo desempeño está debajo de lo esperado?

no he cambiado en la idea en que se les debe evaluar, incluso con mi analogía mediocre. sin embargo, estoy de acuerdo en que no puede ser un sistema de amenaza y que debería incluir únicamente conocimientos de las materias que imparte, a un nivel ligeramente superior del que se le pide a los alumnos. es decir: sí, que se premie a los maestros que demuestran pleno conocimiento y que se busque darle más horas si es posible; pero que al profesor reprobado no se le despida, sino que se busquen mecanismos para ayudarle a superarse. actualmente, casi todos los profes están en curso cada fin de semana o cada día; estos cursos no siempre sirven, no siempre son buenos de la misma manera que no todas las escuelas normales ni todas las universidades son buenas. se debe, además, y como se busca, sopesar estos resultados con una evaluación integral del sistema: no sólo de todas las personas involucradas desde profesores, directivos hasta secretarios de educación; además sobre la infraestructura escolar, sobre los programas, sobre los tiempos y calendarios. 

no he cambiado en la idea de que culpar a los maestros es simplista, pero es donde suele detenerse el ciclo vicioso que pasa por gobierno, sociedad, familia y alumnos.

mis entradas son cada vez más largas.

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