el día lunes pasado, además de mi cumpleaños, se celebró el lanzamiento internacional de la iniciativa de Reforma Energética del presidente Enrique Peña Nieto, en el marco del Pacto por México -más o menos. se supone que en días venideros, tanto PRD como PAN como MORENA presentarán su propia iniciativa de Reforma que probablemente se discutirá por meses -de entrada, el PAN ha condicionado la discusión a la previa aprobación de una reforma politico-electoral.
pueden descargar el documento íntegro de la iniciativa aquí, en el portal de Presidencia. hay varios aspectos a destacar antes de discutir lo mero mero:
- PEMEX es el Santo Grial de la política mexicana: todos quieren ser quien pase a la historia por salvarlo, reformarlo, hacerlo mejor y más productivo y etcétera; es decir, ninguno de los actores políticos está dispuesto a permitir que alguien más sea el héroe aquí.
- la Reforma Energética puede hacer o deshacer la presidencia de Peña Nieto: aprobarla significaría un hito en la historia, rechazarla lo dejaría quizás sin fuerza política para hacer algo más.
- por lo anterior, Presidencia va con todo y por eso tiene un portal en la página, tiene una campaña en medios desde el día cero. destaca la sección de "mitos" -que es el centro de la campaña- en donde está claro que saben qué dice la oposición.
- el PRI es colmilludo de a madres y sabe cómo: se le adelantó tanto al PRD como a MORENA en presentar cualquier cosa -el mitin de Andrés Manuel está para el ocho de septiembre ¡casi un mes de distancia!- y en apropiarse del símbolo que es el Géneral Lázaro Cárdenas del Río. esa es una idea brillante envuelta en el más excelente maquiavelismo.
la iniciativa sí es privatizadora, sólo que privatización es una palabra tabú en el argot político nacional. la cuestión es precisamente qué tan privatizadora es; es decir, si nos va a coger mucho o muchísimo. la otra parte relevante es la parte fiscal de PEMEX, que no se presenta hasta la iniciativa de Reforma Fiscal. pese a que se modifican los artículos veintisiete y veintiocho, los hidrocarburos siguen siendo propiedad exclusiva del Estado y -hasta donde entiendo- también la distribución y comercialización en México.
el centro de la iniciativa son los "contratos de riesgo", "la utilidad compartida" y otros eufemismos. voy a intentar presenciar los que creo son los dos extremos del espectro de posibles resultados en caso de aprobarse la Reforma: el primero -el bueno- es lo que entiendo que plantea Presidencia misma y el segundo -el malo y el feo- es el que presenta la oposición.
el bueno.
si limitamos el contrato de riesgo a nuevas exploraciones y proyectos, PEMEX no perdería un centavo de la famosa "renta petrolera". es decir, partimos del supuesto que PEMEX va a seguir produciendo y vendiendo lo que está produciendo y vendiendo hoy, dejando ese ingreso intacto.
los contratos permitirían que PEMEX contratara a Shell, Exxon, BP o quien sea, para extraer petróleo en suelo mexicano bajo un esquema que beneficie principalmente a PEMEX, por ejemplo: la inversión en infraestructura va por cuenta del privado, el barril se compra a un precio fijo que representa un porcentaje del mínimo anual promedio esperado del precio en el mercado y PEMEX no tiene responsabilidad en caso de fracaso. es decir: se detona inversión, se crean empleos y, encima, México recibe ingresos adicionales por impuestos y renta petrolera.
por ejemplo: yo, PEMEX, te contrato para que saques petróleo. el petróleo es mío y cada barril que me entregues te lo pago -digamos- a 20USD y yo lo vendo a los mismos 100USD de siempre. según estadísticas de PEMEX, la producción cuesta 10USD así que es negocio para la empresa privada y negociazo para PEMEX, quien ganaría 80USD por barril que no ganaba antes, sin tener que gastar un peso.
no es, como dicen Noroña, Batrés y Anonymous, que las transnacionales se hayan vuelto almas de la caridad y que por eso la renta petrolera seguría siendo nuestra; es que no renunciaríamos a nuestra capacidad productiva actual -a la renta actual- y cualquier ganancia de una empresa privada implica una ganancia mucho mayor para PEMEX.
De repente Exxon, Shell y BP dijeron 'hey, vamos a trabajar a México. No vamos a sacar dinero, pero vamos a ayudar a un país' :yaoming:— Anonymous Hispano (@anonopshispano) August 12, 2013
el detalle -nos movemos a las posiciones más oscuras- es que no hay un porcentaje fijo en la iniciativa y dependería tanto del contrato, del riesgo, del costo como de la legislación secundaria. un par de proyectos de este tipo podrían capitalizar a PEMEX lo suficiente como para que eventualmente abra más exploración y extracción propias, donde la ganancia es mayor. (y la crítica es clara: si es tan buen negocio como para que interese a
alguien más, pues que mejor lo haga PEMEX que al cabo no tardaría en
recuperar la inversión.)
el departamento de diseño gráfico de Presidencia lo explica bastante bien en esta imagen objetiva:
el malo y el feo.
creo, entonces, que está claro el escenario más terrible. dado que nuestros gobiernos y las transnacionales petroleras no son exactamente conocidas por su transparencia y compromiso social, el asunto se puede prestar rápidamente a la corrupción en perjuicio de los mexicanos. además, toda privatización ha sido terriblemente jodedora para nuestro país en beneficio de un grupo de millonarios sin escrúpulos: desde Teléfonos de México hasta Ferrocarriles, pasando varias veces por la banca.
estaríamos absolutamente jodidos si, por ejemplo, PEMEX renuncia a su capacidad productiva actual para que alguna transnacional administre mediante cualquier tipo de contrato alguna de las instalaciones existentes. esto significaría que PEMEX básicamente regalaría parte importante de la renta a alguna empresa.
estaríamos jodidos si, por ejemplo, los contratos con empresas hacen a PEMEX co-responsable de la inversión inicial o de afianzar a las empresas en caso de fracaso, o si el porcentaje de compartancia entrega mayor ganancia a la transnacional o, en mi opinión, cualquier cosa menor al sesenta-cuarenta.
estaríamos jodidos tres veces y para siempre si las anteriores suceden simultáneamente.
¿es la duda suficiente para oponerse? decídalo usted, querido lector.
