lunes, 30 de septiembre de 2013

lunes heart of darkness

nuestro imaginario colectivo suele oponer a la terrible y desordenada educación básica, la erudición, sapiencia y libertad de la educación universitaria, el máximo logro humanista de todos los tiempos, el punto más alto como raza humano. así, al corrupto y burocrático sindicado de profesores, se le opone la bien preparada y más humana Academia. 

pero yo he estado ahí, en las aulas, en las oficinas, en los patios y centros de cómputo, en salas de espera y ventanillas y les aseguro que esto es, por supuesto, únicamente una fantasía, una concepción errónea.

necesitaba recuperar un documento mío, en poder de la Universidad por los trámites de ingreso. la información que pude recabar el día anterior apuntaban a que sería un trámite sencillo: debía hacer un pago por noventa pesos por concepto de "Retiro de Documentos" que más adelante descubriría que falta en su correspondencia en número, dirigirme a una oficina y solicitar amablemente que me entregaran el costoso papel. imprimí la ficha de pago necesaria en la mañana y esperé a que abrieran el banco. 

llegué a la oficina quizás nueve y media. me dijeron que no era ahí. lo más probable sería que mis docunetos estuvieran en mi unidad académica así que salí a esperar el camión que me llevara allá. el lugar ha cambiado, aunque no mucho, desde que dejé de ser estudiante. me reporté con Doña Tere explicando con claridad mi asunto. me dijo que necesitaba una carta donde pidiera mi baja temporal y definitiva, presentarme con Marina en biblioteca para obtener una constancia de No adeudo a biblioteca y luego pasara con Gustavo por una constancia de No adeudo financiero. aclaré que no era baja sino puro retiro porque ya hace tiempo que egresé. una vez que tuviera todas mis constancias, debía ir con Pepe Natividad en Idiomas y él me entregaría mis papeles.

fui con Marina y luego con Gustavo. cada uno me entregó un papel que procedió a fotocopiar, firmar, sellar y duplicar nuevamente, porque ninguno de los dos creyó más sencillo firmar y sellar primero. me pidieron que firmara de recibido y me entregaron el original. 

los camiones que bajan de Valenciana a la civilización son pocos y temporalmente espaciados.

llegué a la recepción de Idiomas, en el centro. pregunté por la oficina de Pepe Natividad y me dijeron que era la primer oficina, subiendo las escaleras. subí las escaleras, pregunté por la oficina de Pepe Natividad y me dijeron que era la primer oficina, bajando las escaleras. no se encontraba Pepe pero una secretaria recibió mis documentos. me dijo que me los entregaría el joven que estaba hablando por teléfono. el joven terminó de hablar por teléfono y procedió a volver a hablar por teléfono. la secretaria se levantó y buscó mis papeles en uno de sus tres archiveros pero sólo encontró mi última ficha de inscripción. consultó con el colega del teléfono y concluyeron que mis papeles debían estar en otra oficina, pues ahí sólo tenían del dos mil nueve en adelante. 

pregunté en la recepción del edificio central por el lugar donde entregan documentos. me dijo que justo arriba de donde ella estaba, preguntara por Karina. la oficina no estaba justo arriba de donde ella estaba pero llegué: una de esas oficinas espaciosas donde seis o siete secretarias trabajan detrás de un escritorio, todos convenientemente dando la espalda a la recepción. pregunté por Karina. 

Karina debe medir más o menos lo mismo que yo y pesar quizás el doble. su rostro dejaba ver que le molestaba muchísimo que yo hubiese llegado para hacerla levantar de su escritorio y detener la plática con sus colegas. en ese momento me quedó claro por qué debo pagarle a la Universidad la cantidad de noventa pesos por retirar uno de mis documentos: imagino que el costo real de lograr que Karina se levante y camine de su escritorio al mostrador debe ser quizás el doble o el triple y el concepto debe estar fuertemente subsidiado. me ganaba el instinto por entregarle una propina o acercarle su silla con rueditas para aliviar su pesar. 

Karina echó un vistazo a mis documentos y me dijo que me faltaba hacer el pago por la constancia de No adeudo financiero. le dije que yo ya traía una de esas, que me la entregaron en mi escuela. Sí.... no, no, no, esa no sirve, me dijo Karina, se asomó a la oficina de la que supongo es su supervisora y dijo Verdad que esta no sirve. No, no sirve, me volvió a decir. debía imprimir una nueva ficha, hacer un nuevo pago. es curioso porque yo pagué por una constancia pero no recibí nada, nadie verificó en su computadora que yo efectivamente no tuviera adeudo alguno. 

imprimí mi ficha, fui al banco, regresé. Karina me preguntó que cuál documento quería y yo le dije Todos. me dijo que no era posible, que yo sólo había pagado por retirar uno, que si quería otro tenía que hacer otro pago. 

tomé mi certificado y me fui. 

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